-¡Tu! –gritó dirigiéndose a Alfredo -¿Cómo decías
que te llamabas?
-Al… Alfredo... Alfredo señor.
-No creo que te quieras llamar así en el día de hoy y en
esta sala. De esta sala Alfredo no sale vivo. Pero el Ejecutor sí.
-No… no le entiendo –Balbuceó.
-¿Sabes qué es el mando hexagonal sobre la mesa? Por tu
bien espero que así sea, si Militech te ha contratado tienes que ser muy válido.
Presiona el botón y vivirás, se el ejecutor de todo.
-Pero...
-Sin peros hijo, tú estabas muerto desde el momento
aceptaste el trabajo. Esta mierda tiroteada del suelo no se llama Hans. Su
verdadero nombre es Hamilton III y hubiera disfrutado vertiéndote gasolina
encima para ver cuánto gritabas mientras te prendías fuego. ¿Acaso crees que la
compañía permitiría a un Free Lance vivir con la información que posees?
-Tal vez sus datos se equivoquen, tiene familia una clon
de Akasha, quieren tener un hijo…
-¡Coge el mando! Ese cúmulo de mentiras sobre la esposa piensa cuándo
te las dijo y el porqué. Aprende a tomar mi palabra como ley, no me hagas
arrepentirme de darte esta oportunidad.
Como un resorte su mano cogió el mando. Extenuado,
confundido lo miró y pensó en las palabras de Ernesto: -¿Todo esto tiene que
ver con el bunker de Siberia?
-Sí. –Respondió con rotundidad, mientras abandonaba la posición de reposo y encañonaba al free lance.
Alfredo con los brazos extendidos como el que quiere
frenar lo inevitable gritó: -¡Por qué! ¡Por qué yo!
-Porque yo soy el que tiene la mágnum 44 –Cerró el ojo
izquierdo, amartilló el gatillo y…
El Ejecutor presionó el Botón Rojo.