-No solo lo creo, sino que estoy convencido. Recuerda la
nota manuscrita, haga acopio en su memoria, en la última línea:
Cuidar
el uno del otro, como yo cuidaré a
esperando que crucéis el Aqueronte.
(Cuidar
el uno del otro, como yo cuidaré a
“Rosario” esperando que crucéis el Aqueronte.)
-Hans ahí tiene la prueba del encubrimiento y la de la
compra aún es más evidente. Si mira fechas, Ernesto no podía tener dinero para
adquirir la patente corporativa como desarrollador de su proyecto Alpha, y de
tenerlo no era el momento de gastarlo.
-Entiendo señor Alfredo, las corporaciones dieron un
margen de tres años para escriturar de nuevo con el cuño corporativo. Era un
proyecto paralizado y sin futuro comercial, no le corría ninguna prisa, en esa
fecha su padre vivía y el tratamiento apuntaba a grandes sumas.
-Exacto, por eso es evidente la manipulación de la fecha
en los archivos, seguro que el pago de la patente firmó parte del trato con
Ernesto. Eso y lo más importante, el nombramiento de directivo garantizaba
sanidad privada para su madre.
-Ciertamente, ha dado de sí el nombre de la hermana.
-No solo ha sido el nombre, Rosario solo era la pieza
clave del puzle. Si las corporaciones no se andarán con tantos secretismos nos iría
mucho mejor a todos.
- ¿Regresamos al despacho y confeccionamos el perfil y la
forma de negociar?