1 dic 2012






Gao Feng caminaba silencioso por el pasillo, pensativo. Ya se había acostumbrado al intermitente destello lumínico de los fluorescentes que prevalecían en este sector de la torre, así que el uso de sus gafas oscuras quedaron marcadas como un símbolo estético ligado a su persona. El maletín que sujetaba en su mano derecha, basculaba ligeramente entre paso y paso, mientras se acercaba a la zona de las antiguas dependencias medicas. Hacía tiempo que no necesitaban de sus servicios y la urgencia de la orden que lo había convocado, le ponía francamente inquieto. Saludó con un ligero gesto de la cabeza, a los guardias que custodiaban la entrada a los quirófanos y buscó aquel en donde se le requería: “quirófano tres”.
         - Bien hallado Gao Feng, le estábamos esperando –saludó Shao Tee al verlo entrar.
         - Bien hallado doctor, -dijo mientras inspeccionaba la habitación cautelosamente- veo que ya lo han dispuesto todo.
         - Eso espero, nos ha costado anclar la silla al suelo. Hemos derivado la corriente de uno de los generadores principales, al enlace con el cortafuegos externo que, debería proteger su cuerpo frente a posibles descargas. Aunque nada le protegerá del verdadero peligro, si es que esa bomba hace explosión.
         - Ha sido todo un detalle que se preocupara por mi seguridad, pero hay que desconectar ese cortafuegos. Eso ralentizaría mi ping de respuesta mientras “corro” y como bien dice, el peligro no son las descargas. Si el sujeto es lo que usted dice que es, voy a necesitar todo el ancho de banda -tranquilamente abrió el maletín y comenzó a colocarse los guantes de red con sumo cuidado, ante la atenta mirada del doctor.
         - Usted es el especialista, -dijo Shao Tee mientras procedía a desconectar el cable coaxial del servidor externo- ¿necesita alguna cosa más?
         - Pues necesitaré alguien que me amarre a la silla, aunque entiendo que usted es demasiado valioso como para arriesgar su vida. ¿Por qué no me manda a esa ayudante suya tan guapa? ¿Cómo se llamaba, Xie?
         - Se llama Chee, y la verdad prefiero quedarme yo. Me gustaría mantener controlado al sujeto personalmente, para que no hallan sorpresas, usted ya me entiende.
         - Bueno… -alzó los hombros resignado.- Preferiría una pareja femenina, pero si es su deseo… que empiece el baile.- se dejó caer sobre el asiento, mientras se ajustaba el casco de red a la cabeza.
         - Lo que no entiendo, - comentaba el doctor a la vez que iba apretando las cinchas que sostendrían las extremidades del Netrunner- es por que ha insistido tanto en hacerlo tan cerca del sujeto. Podríamos haber tirado cable para que entrase desde una posición más segura, lejos del área de efecto de la bomba.


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