5 ene 2022


     Entrada 5. Narrador Omnisciente.

    Net-la contemplaba desde la lejanía el pueblo de Pola con sus prismáticos, era un ir y venir de gente sin parar, buggies, motos de cross e incluso caballos. Maldijo su suerte, pero era lo normal, las grandes y medianas ciudades no eran más que una mancha negra en los mapas. Ahora, los pueblos eran las nuevas ciudades.

    Se recostó sobre una roca, miró su cantimplora, apenas quedaba agua para un par de jornadas, y la última vez que bebió en un rio, pasó más tiempo en cuclillas con los pantalones bajados que de pie. El agua de estos lares no era nada saludable para su estómago. Inspiró hondo y sacó de su funda el arcaico Colt del 45 Pacificador, con detenimiento fue girando el tambor del revólver. Solo cuatro míseras balas.

    - Puff - resopló. -Estoy bien jodida-, se dijo para sus adentros. Con poca agua podría aguantar tres o cuadro días, incluso una semana si la estiraba, pero con poca munición no duraría ni cuatro horas si alguno de los “perros de Hamiston” (como ella misma diría) la encontraba en Pola. 

    Pasar inadvertida no era una opción para una mujer de color, con el pelo rasurado al cero a excepción de una enorme cola de caballo justo encima de la cabeza, de color negro verdoso, herencia genética de sus antepasados egipcios. Estaba escuálida como la mayoría de gente después del “Botón Rojo”, el hambre estiliza y afila los rasgos.

    Cogió la mochila que había dejado en el suelo, de la que sobresalía un fardo alargado de poco más de un metro y apenas unos centímetros de ancho, metió la mano entre los harapos que lo cubrían y lo esgrimió. Arqueó la comisura de los labios mostrando una maliciosa sonrisa, del fardo surgió un incesante zumbido, como el aletear de un insecto.

    - Como dice esa patética canción del siglo XX, “valió la pena”- y echó a reír conforme se desvanecía el recuerdo en su mente, al tiempo que sacaba la mano y cesaba el zumbido del interior de los harapos. Ató bien el alargado fardo a la mochila, miró hacia la carretera y sacudió la cabeza de lado a lado, como negando su propia decisión, y después bajó la vista hasta el enramado paisaje a los pies de Pola.

    - Hay que joderse, joder... Australia, allá voy 



                                                   Armería: Colt 45 Peacemaker  

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