Esteban Ferrer nos presenta a:
Una gota de sudor se deslizaba
por su cara para perderse entre su incipiente barba.
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Ya han pasado tres días –se dijo mientras encendía nervioso el último de sus
cigarrillos- no me vas a ganar a paciencia, cabrón. >>
Su
mirada se dirigió inconscientemente hacia el cuerpo que yacía a pocos metros de
él. Con cierto desánimo observó el putrefacto cadáver del que fuera su
compañero. Las moscas se habían dado prisa en apoderarse de su carne,
compitiendo junto con otros insectos por el preciado alimento. El olor a
descomposición invadía el ambiente amplificado por el sofocante calor del
mediodía, forzándole a contener las nauseas. El impacto que atravesaba su
cuello, allá donde se unían el blindaje con el casco, apuntaba que era obra de
un profesional.
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De esta no salgo>>
En
un gesto meramente mecánico, volvió a revisar el cargador de su fusil y lo
amartilló para asegurarse que no se atascaba. Tras el pequeño muro de ladrillos
donde se encontraba se sentía seguro, pero sabía que tarde o temprano tendría que
abandonarlo. El francotirador los había interceptado durante una misión de
exploración por las tierras yermas. Salvo los viejos cascotes de cemento que
aún se erguían como recuerdo de la ciudad, no existía ningún otro tipo de
cobertura. Un buen tirador tardaba unos cuatro segundos en abatir un objetivo
en movimiento y era más de lo que se podía permitir para alcanzar el siguiente
punto seguro. En estos momentos sólo deseaba tener más paciencia que su
atacante. Si conseguía obligarle a abandonar su posición, tendría una
oportunidad.
Sacó
de su bolsillo el pequeño espejo que usaba para espiar a su enemigo, asomándolo
por un hueco entre los ladrillos. Todo parecía igual de tranquilo desde que se
escuchara el mortal disparo.
<<
¿Dónde cojones estas? -En estos momentos echaba de menos los implantes de su
compañero.- Con los sensores térmicos de sus ciber-ojos todo sería más fácil.
Él era el rastreador. >> Induciéndole a pensar que el objetivo no había
sido mera cuestión de suerte.
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De esta no salgo >>