Entrada 202.
-Los cojones
momento íntimo. Como tenemos a la niña y mi mujer es la única de las siete
hermanas que ha parido, sus padres quieren pasar con nosotros y su nieta el
primer fin de año. Me espera un momento intimo en el sofá, porque el abuelo
esta malo de la espalda y duermen en nuestro cuarto y mi mujer en el cuarto de
la niña.
Tom exclamó
en risas poniéndose rojo y casi calando el coche –Ahora entiendo tu cara de
esta mañana, por si fuera poco un día de acción de gracias, tú vas a tener una
noche extra de suegra. No querías niños pues toma dos tazas.
-¡Pero tú
que dices, si has tenido cinco! Con tres mujeres diferentes.
-Sí, pero a mí
no me venía a dormir la suegra a casa en ninguno de ellos, de ahí los cinco.
–Continuó con su cansina y demasiado habitual risotada.
Con un tono
totalmente distinto Jon inquirió en parar el coche mientras señalaba a un grupo
de jóvenes que se agrupaban alrededor de un barril de metal con fuego para
calentarse.
-Tranquilo
hijo, los he visto, ahora relajate y no me estreses parare cuando pueda.
–Aminoró pero el coche seguía pasándolos de largo.
Al percibir
a la policía cerca. Comenzaron a cuchichear y algunos a darse la espalda
manipulando el interior de sus abrigos. El movimiento no pasó por alto para los
jóvenes ojos de Jon.
-¡Están
tirando la droga! Joder cuando pares no tendremos nada para imputarlos- Sin
cruzar más palabra con los reflejos de un cuerpo atlético abrió la puerta y salió
del coche, mientras aún estaba reduciendo la velocidad. Pudo mantener el
equilibrio y grito:
-Alto a la policía. ¡Las manos donde pueda verlas!