Entrada 206.
El cazador
de hombres dejó de abastecer con cartuchos las cintas del pecho, se hizo una radiografía
mental sintiendo el cansancio y al límite que había llevado a su cuerpo.
<<Los
buenos son pacientes >> Se dijo.
La noche iba
a ser fría, no disponía de café caliente ni podía hacer fuego. Buscó un
recoveco que lo cobijara de las fuertes corrientes de viento y preparó el saco
de dormir.
Reprogramó el editor para que no aislara el dolor de tobillo, mañana a primera hora daría
caza a Net-La y no quería agravar la lesión, ahora que estaba tan cerca el
final. Sin la protección del implante, el dolor le hacía cojear y no forzar la
zona afectada. Con la ayuda de una piedra y cinta americana se vendo. A falta
de hielo, la noche enfriaría la piedra y algo bajarían la inflamación.
Cuando se
acomodó dentro del saco y se relajó notó que todo su cuerpo palpitaba y el
cansancio junto a la abstinencia no le dejarían dormir. Quedaba totalmente
descartado el uso del hornillo, solo podía recurrir a la aguja. No era digna de
su agrado, pero en ocasiones la droga por vena era necesaria.