Entrada 220
La pantera
ladeó la cabeza, si llega a salir de sus labios el más mínimo ápice de súplica,
le hubiera respondido con el tronar del arma. Pero un cigarro, una deseada
dosis de nicotina. No podía negarle lo que ella llevaba anhelando años. – ¿Me suplicas por una mierda de calada al
cacharro ese de vapor?
-Para nada
zorra. He no te cabrees por la obviedad, total que vas a hacerme por llamarte
puta ¿Matarme? No me jodas Net-la. Esto no te va ni de 3 minutos, ni de
disparar a un tío porque te insulta. –Levantó un bolsillo subcutáneo, instalado
en el cyber-brazo –Tranquila, no es ninguna arma oculta; Es un cigarro de
verdad, lleva demasiados años esperando este momento. Seguro que tú guardas
alguno igual. –Haciendo como que la cosa no iba con él se sentó, se puso cómodo,
abrió el plástico que contenía al vacío el cigarro y tras olerlo. Lo encendió
dando una profunda calada.
Net-La retrocedió
un par de metros; -Mira dónde tiras el humo, si llego a olerlo, no lo terminarás.
-Anda ¿Qué
eres de ésas que les molesta el humo después de dejarlo? A no, no eres de ésas…
Tú eres de las que se mueren por una calada todos los días cuando se levantan,
pese a los años de abstinencia. –Extendió rápidamente la mano en señal de calma
–Lo pillo, bien, me estás haciendo un favor dejándome acabarlo… No te provocaré
más. <<Tres, cuatro minutos a lo sumo, para salir de ésta o tirarme
encima de ella a la desesperada >> Meditó entre la charlatanería.