19 jul 2012



Entrada 45 (Pasado 4 de 4) Narrador Omnisciente.


    A Carlo y Sofía los había captado por un comerciante de armas, sabía de ellos;  Carlo era de ascendencia italiana, según él de la vieja “Cosa Nostra”  Siciliana, durante el tiempo que la humanidad pasó en bunkers y demás agujeros para sobrevivir los años oscuros post botón rojo, había hecho consorcio de cama con Disfraces, la mujer antes que el mundo se fuera al infierno, era una mujer normal de clase media baja, cajera de una cadena alimenticia entre semana y una mal pagada camarera de bar de carretera en fines de semana alternos , no era persona de armas, de ahí la tarea de vigilancia tan chapucera que había realizado, emulando un mal film de acción de los 80.


- Mis contactos en el pueblo, me han confirmado, que es un miliciano, pero lo tengo controlado, ya averiguaré yo mismo, que se propone – Dijo el Enmascarado, sin ni tan siquiera decir un previo para romper el hielo.


-Nuestro plan- Carlo hizo una pausa- Tu plan, se basa principalmente, en la fecha del atraco, los únicos milicianos del pueblo, serán los del banco y esos, no se menean nunca de ahí, tener un miliciano suelto complicara las cosas .
-Si complica las cosas o no las complica, lo dirá el Enmascarado- añadió el Eunuco con recelo. Cualquier oposición a Carlo y Sofía era apuntada por Juan, sin el darse cuenta, desde la perdida de la apuesta, había desarrollado una misoginia incontrolada y ponerse en contra de Carlo era meterse indirectamente con Disfraces.


    Siempre a un lado y en silencio observaban la otra pareja, no de cama, si no de celda, del pintoresco grupo. El cuchillos,  era un mexicano enorme y con la cara picada por la viruela, había cumplido condena junto a Luisito, el diminutivo de su nombre no hacía honor a sus actos, Luisito era producto nacional de la peor calaña, pese a su ascendencia española, había estado siempre vinculado con el mundo de la droga y su trafico, mezclándose comercialmente con sudamericanos que exportaban al viejo continente, sólo le salvo de la enorme condena, el desalojo de la cárcel, cuando abrieron puertas para usarla de refugio para ricos y que los presos se buscaran la vida en un mundo radiactivo e invivible para el ser humano.


    Fuera como fuere, su compañero de celda y él sobrevivieron a la intemperie radiactiva, las lluvias ácidas y otros males.  
Hasta estas fechas se dedicaban a cualquier cosa que les diera gramos en lata fáciles de ganar, realmente estaban a sus anchas en este nuevo ecosistema donde los asesinos, ladrones y violadores eran el estilo social con más probabilidades de salir adelante. El grupo desconocía sus verdaderos planes, pero ya tenían previsto eliminarlos después de dar el golpe, veían que el Enmascarado no era más que un adolescente con una buena idea y los otros, podían ser empujados por la situación actual a ser unos asaltantes, pero ellos eran asesinos mucho antes que el mundo cambiara y era su derecho, quedarse con todo el botín.


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