-Mantener posición – espetó el mando. Se levantó abandonando
su sitio y andó bajo los disparos enemigos como el ornitólogo que pasea
sobrevolado por inofensivos pájaros. Se detuvo a la altura del Piloto, posó su
mano izquierda sobre el hombro para advertirle de su presencia por la espalda y
acto seguido le pincho una dosis de adrenalina en el cuello. Alzó la voz
dirigiéndose a todo el pelotón:
-Si estamos rodeados de putas, tendremos que montar una
fiesta ¿no?- Afirmó sin pedir respuesta mientras se encaminaba al centro de la
formación.
Marc un fusilero del flanco Oeste giró la cabeza para ver
que hacía el Sargento, cuando cruzaron miradas, vio como se encamino hacia él
de manera veloz propinándole un sonoro manotazo en el casco girándole el cuello
a su posición de combate.
-He dicho que estamos en una fiesta con furcias, no que
dejéis de mirar a vuestro flanco- Miró al norte en dirección al Cabo – Higs,
¿Quién lleva el Whisky?
-No tenemos Whisky. Señor.
-Menuda mierda de fiesta Higs, todas las zorras son negras,
no tenemos Whisky y carecemos de drogas. Cabo ¿le parece eso bonito?
-Si tenemos drogas señor.
-Qué diablos estáis esperando; adrenalina, elcid y Black
Snake(Serpiente negra). Que cuando caigan en nuestros brazos ese montón de
féminas estemos bien puestos para darles una fiesta que no olvidaran en
generaciones.
El veterano Sargento era consciente de lo pronto que había
ordenado usar drogas de combate, sin apenas cruzar fuego con el enemigo, un
exceso de drogas podría ser nefasto, pero tomó la decisión; los prefería
drogados a nerviosos e inseguros.