Entrada 179.
Sin regalarle más tiempo a Net-La con lamentaciones que no lo llevaban a ningún
sitio emprendió la marcha a través de un sendero asilvestrado que buena parte
de energías le hicieron gastar. La falta de senderistas habían provocado el esparcimiento
de la maleza por el estrecho camino, y Jack solo disponía de un cuchillo de
caza no apto para despejar caminos con plantas.
Los primeros
kilómetros eran prácticamente en llano con una subida inapreciable, pese a que
la poblada espesura de la maleza lo retrasaban y fatigaban. Sus heridas parecían
estar a la altura de la contienda e incluso en algunos momentos cuando se paraba
para refrescarse podía permitirse el disfrutar del paisaje. En esos momentos
era inevitable dejarse llevar cerrando los ojos para recrearse en el susurro
del viento al pasar entre los recovecos de las hojas. Se podía respirar a pleno
pulmón en este punto del planeta.
La primera
parada tuvo lugar en la granja de Fran y Sarah, la examinó por encima sin sacar
conclusión alguna, demasiadas manos habían pasado por ahí desde los asesinatos
como para que existiera alguna mínima pista.
Se recostó en
el sofá y abrió una lata de berberechos. Mientras disfrutaba de la comida
descansando sus posaderas en mullido y sus pies tomaban aire sintió que el
final de esta historia se acercaba. << Net-La tenía que estar con el
tecno médico>> Sentenció para sí.
Unas semanas
atrás apunto estuvo de atraparla, la arrinconó en un pueblo abandonado que ha
placer pudieron bombardear con cargas de microondas. No tendría ni un solo
implante operativo después de ser sometida a las descargas…
-La verdad
sea dicha, esa zorra escurridiza es una superviviente nata –No pudo evitar
sentir cierta admiración al pensar en voz alta. A los pocos segundos se recostó
más cómodamente y vio una enorme mancha de sangre en la esquina de la sala.