Entrada 195.
Se puso en pie y continuo montaña arriba: << En aquella loma me tomare un descanso >>.
A pocos metros terminaba la vista; era la vigésima loma que conquistaba y detrás de una siempre había más camino. Empezaba a pensar que era la montaña inacabable.
Algo totalmente
inesperado se representó en sus retinas: Un enorme caballo marrón, con pezuñas velludas,
de crin larga y azabache. Jugueteaba con un potro de color moteado. Brincaban,
saltaban y galopaban a favor del viento ignorado por completo al humano
paralizado por la escena.