Entrada 191.
-¡Ves el
arma!- Le gritó a la muchacha y esperó que cabeceara afirmativamente para
proseguir.
-¡Bien ahora
abre la boca! –Le introdujo el frio metal hasta la campanilla hasta ver un
reflejo de arcada.
-Ahora sabes
lo que es tener algo largo y duro en la boca, es un comienzo… Si llegas a
desconectar el modem, yo hubiera muerto. ¿Sabes lo que es la muerte pedazo de imbécil?
–Shodan entre sollozos cabeceó de arriba abajo como buenamente pudo.
-Tú te crees
que lo sabes, pero no tienes ni puta idea, pero muy pronto vas a saberlo –Amartilló
el arma.
El tambor
dio una pequeña vuelta. Al estar a tan corta distancia de Shodan todo su
alrededor se nublaba y sus ojos se embizcaron mirándolo atentamente. Mientras
se preparaba la bala para ser golpeada por el martillo y esparcir sus sesos por
todo el suelo.
-¿Sientes la
proximidad a la negrura absoluta? Así me sentí yo anoche por una de tus
gilipolladas de niño. ¡Entiendes ahora la subnormalidad de anoche! –Le gritó
escupiendo con cada silaba que salía por su boca.