Entrada 201.
Sonaban
canciones navideñas por los altavoces del coche, un novato de la policía de NY
se recostaba sobre el asiento del copiloto mientras ajustaba su bufanda y
resoplaba.
-Que pasa
Jon, ¿No te gustan los villancicos? –Dijo con guasa el veterano policía al
volante.
-Tom no es
que no me gusten –replicó con desaire -pero todos los años son los mismos y
cansan. Además no sé cómo puedes estar tan tranquilo con la que hay liada en el
parlamento.
-Buff –El
viejo Chasqueó los labios generando la onomatopeya y continuó con cara de
desprecio –Políticos, ¡Va! Que sabrán ellos de solucionar las cosas. Esos están
reunidos para ver si les sale más a cuenta vendernos a las corporaciones como
en Europa o si aún pueden robarnos unos años más a la gente de a pie. Por eso
ni les escucho. Lo que tenga que venir, vendrá.
Jon se sacó
la gorra y se atusó el pelo –Vamos a parar en una gasolinera quiero ir al
cuarto de baño.
-¡San dios
muchacho! ¿Pero tu cuantas veces meas al día? Esperó por el bien de tu señora
que lo único que tengas pequeño sea la vejiga –Terminó con una risotada.
El novato se
envainó la broma. Tom pese a sus gustos musicales y bromas inoportunas era un
buen superior y compañero. Y para sus adentros cuando sobrepasaba la delgada
línea del mal gusto pensaba que no le quedaba nada para jubilarse.
-Y hablando
de tu señora… ¿Dónde la vas a llevar a cenar en noche vieja?
-¿Te
refieres la noche de fin de año del 2042?
-Cadete
alcornoque, si te parece me refiero a la de dentro de diez años, claro que a la
del 42. Eh chaval despierta y alegra esa cara.
-Pues si
fuera la de dentro de diez años tal vez te dijera un sitio, pero este año, con
la pequeña nos quedamos en casa.
-Bueno
muchacho eso está bien, acostareis al cachorro y luego tendréis vuestro momento
íntimo, no te quejes si yo te contara…